Agosto 2017- @alvaroriosroca – Hace 2 décadas se empezaba la construcción del gasoducto Bolivia-Brasil y con ello un viraje hacia al gas natural. Argentina exportaba gas natural principalmente a Chile y también a Brasil y Uruguay, a través de varios gasoductos construidos y su mercado interno crecía notablemente. El Cono Sur giro fuerte a utilizar gas natural producido regionalmente.
El 2001, Argentina entro debacle económica y mantuvo irrisoriamente bajos los precios del gas, lo que freno la exploración en seco. En breve se redujeron las exportaciones a Chile y a partir del 2004 tuvo que comenzar a buscar importaciones de Bolivia (2010) y también GNL (2 plantas). Chile no tuvo otra opción y consiguió abastecimiento de GNL (2 plantas).
Brasil, a partir de la guerra del gas, nacionalización y cambios regulatorios y fiscales en Bolivia (2003/2006), observo que esto era un freno a cualquier nueva exploración y opto por diversificar e importar GNL (3 plantas). Ante un escenario de menor producción e incertidumbre de suministro Chile, Argentina y Brasil optaron por GNL.
El 2005 Brasil descubre el enorme Presal, donde Petrobras y algunos actores apostaron, apuestan y apostaran recursos económicos y tecnología en los próximos años. Brasil está privatizando, otorgando incentivos y mejores términos fiscales, regulatorios y de mercado para aumentar exploración y mejorar producción de gas natural desde el Presal y otras cuencas.
La producción de gas en Brasil va en aumento. El 2007 era de 15.2 Millones de Metros Cúbicos Día (MMMCD) y a junio de 2017 subió a 59 MMMCD. El Presal empezó produciendo 0.32 MMMCD el 2008 y a junio de 2017 es de 25 MMMCD. Si se consiguen inversiones para desarrollar infraestructura y separar el CO2 habrá mucha mayor producción de gas. Por ahora se estima que la producción al 2025 pueda llegar a 80 MMMCD (40 MMMCD serán del Presal).
Vaca Muerta en Argentina tiene recursos técnicamente recuperables de 308 TPC de gas. Incentivos, acuerdos con sindicatos y mejores precios para están gestando compromisos de millonarias inversiones para producir shale y tight gas. Argentina el 2014 producía 113 MMMCD y a mayo de 2017 subió a 122 MMMCD. De este total 29 MMMCD ya son de tight y shale gas. Las estimaciones son que para el 2025 Argentina esté produciendo 140 MMMCD (75 MMMCD serán de tight gas y shale).
Bolivia, que tenía detenida su exploración, el 2016 saco una Ley de incentivos económicos y decretos para atraer mayor exploración, principalmente privada. Varios prospectos con potencial en los bloques Caipipendi, Huacareta, Azero, Charagua y otros serán perforados entre 2017 y 2021. Si la geología es favorable, Bolivia podrá tener más excedentes exportables hacia el 2023.
Brasil, Argentina y Bolivia incentivan conseguir fuertes inversiones para nueva producción de gas natural. Vamos a observar que se torna real de todo esto. Es posible que el Cono Sur en la próxima década pueda pasar a ser excedentario en suministro del energético. No olvidemos que habrá también competencia de GNL importado, principalmente de USA, que es flexible y donde se avizoran algunos nuevos proyectos de regasificación. Tampoco olvidemos las renovables compitiendo con el gas. Por ahora todo indica que el mercado se tornara altamente competitivo y los productores tendrán que tornarse ingeniosos para competir con precio y condiciones de entrega. Mucho dependerá también de la demanda y si los países del Cono Sur retoman crecimiento económico.
* Actual Socio Director de Gas Energy Latin America.
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