Desmenuzando la nueva estrategia al sur

Junio 2012 – @alvaroriosroca

Nos tomo algún tiempo poder desmenuzar la problemática del desarrollo gasífero al Sur de Perú en el contexto de la propuesta realizada recientemente. En primer lugar, independientemente de la nueva estrategia propuesta, lo importante es que el actual gobierno entiende lo trascendental que resulta en todos los ámbitos: económico, político como social, continuar con una política de Estado de tener un polo industrial y petroquímico en base a gas natural en el Sur de Perú. Es decir la política de Estado no ha cambiado y esto es altamente positivo.

El Gasoducto Andino del Sur, fue concesionado bajo un esquema previsto en el marco regulatorio que es “a solicitud de parte” bajo riesgo de mercado. Es decir, no había forma que posteriormente se pueda obtener financiamiento y garantías de ninguna naturaleza del Estado para su construcción y desarrollo. Esta concesión es diferente al ducto de TGP por ejemplo, que se dio bajo modalidad de “concurso público” y con licitación abierta y competitiva y donde se pueden otorgar garantías del Estado, como por ejemplo volúmenes demandados para obtener una tarifa que permita recuperar Opex y Capex.

Con este ingrediente, y en vista que el Gasoducto Andino del Sur y todo el esquema propuesto podría demorarse algún tiempo más en su desarrollo, el gobierno da un golpe de timón que le permite avanzar en dos frentes. Primero el de de llevar un gasoducto bajo la modalidad de concurso público hasta Quillabamba, Cuzco para atender demanda eléctrica principalmente y también para dar seguridad de abastecimiento al actual suministro a Lima. Dos pájaros de un tiro.

Paralelamente, también bajo la modalidad de concurso público, se tratara de concesionar un etano ducto para acelerar la petroquímica del etano en el Sur de Perú, pero esta vez por un ducto por la costa. No es políticamente muy recomendable postergar estas promesas y desarrollos e inversiones en el Sur de Perú y esta decisión tiene más un alto componente político y social que de racionalidad de costos.

Y que viene después entonces? Mientras lo anterior se impulsa y está en la agenda publica, posiblemente se aumentan las reservas probadas y se buscara anclar demanda de gas en el Sur. Creemos que el Estado tiene también la potestad de llamar a concurso público para una nueva concesión de gasoducto entre Quillabamba y el Sur, donde el actual concesionario por supuesto que puede participar. Lo que no parece lógico es que el actual concesionario del Gasoducto Andino del Sur construya un tramo paralelo al ya existente entre Malvinas y Quillabamba, cuando puede muy bien empalmar al ya existente. Pero todo puede pasar.

Lo importante es que la voluntad de Estado de desarrollar el Sur de Perú con gas continúa. Por supuesto que este dantesco emprendimiento puede sufrir ajustes aun, donde no solo está de por medio el desarrollo de Perú, sino también fuertes intereses empresariales.