La economía se contagió de COVID

Septiembre 2021 – Mariana Vargas – Por mucho que te sobes, luego de un golpe el morado aparece, ¿cierto? Esto les sucederá a muchos países pronto al comenzar el próximo año. La pandemia no fue bien manejada por varios países, afectando sus economías, gobiernos y población como daño colateral. Se impuso una nueva manera de vivir que obligó a muchos a ajustarse; el distanciamiento social, la urgencia del transporte individual, la incertidumbre, la ausencia de reuniones públicas, el uso de mascarillas todos los días, el trabajo en casa, entre muchos otros. Todos estos cambios en nuestra vida habitual fueron duros, pero también fueron costosos.

Después del 2020 el Banco Mundial continuó publicando el porcentaje anual de inflación global –aumento continuo del nivel general de los precios de los bienes y servicios–  exponiendo un crecimiento de casi un 2% en comparación con las cifras publicadas en el 2019. Este crecimiento es consecuencia del cierre forzado de las economías durante el periodo de pandemia, gracias al decaimiento en mano de obra en diversos sectores, miedo e incertidumbre.

Muchos países potencia del mundo, como Estados Unidos, decidieron ayudar a su población y suavizar el golpe con un paquete de estímulo económico; una inyección de millones de dólares de la Reserva Federal, dirigida a disminuir la tasa de desempleo, aumentar el gasto y, eventualmente, contrarrestar el impacto de una futura recesión.

Para algunos, ésta es una de las razones por las que la tasa de inflación ha aumentado. Más dinero alterará el comportamiento básico de la oferta y la demanda. Estamos siendo testigos de una mayor demanda y problemas en la cadena de suministro global de la mayoría de los bienes y servicios del mercado. Esta actividad hace que los precios incrementen.

El ejemplo perfecto es el sector petrolero. Los países están consumiendo la misma y mayor cantidad de energía, ahora que las personas pasan más tiempo en sus hogares y pronto harán uso de sus respectivos sistemas de calefacción. Sin embargo, los proveedores mundiales están estancados con la incertidumbre en el mercado y se ven forzados a disminuir su producción. Haciendo que los precios del petróleo suban y dejando que la interpretación afirme que la inflación mundial se está poniendo al día y no se está frenando.

La reapertura de las economías es otro de los detonantes de la subida de precios. Hace casi dos años, el mercado hotelero se resintió, debido a las medidas Covid de parte de los gobiernos. En la actualidad, este mercado se está reabriendo y ha incrementado su actividad en un 10% respecto a hace un año, sin embargo muchos usuarios se han quejado de los precios. Está reacción es válida y repetitiva en diversos negocios. Después de estar paralizados durante un largo periodo de tiempo, despedir a tus empleados y entrar en déficit, reabrir tu negocio se traduce en poder recaudar todo el dinero que puedas con el tiempo que tienes para compensar lo perdido.

Esto no significa que sea permanente. Al contrario, lo que se espera de estos negocios es que se ajusten internamente y luego vuelvan a ponerse en marcha con precios más accesibles. Todo es cuestión de tiempo, como negocios, los países también deben de ajustarse a una nueva ola de normalidad en el mercado, que fue mencionada y vista a lo lejos. Seguramente el gobierno verá los morados en sectores que no esperaba.

 

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